Surrealismo
SURREALISMO
Este movimiento indujo en el arte el mundo de los sueños y del inconsciente, estudiados por Freud, para evadirse de la realidad cotidiana. También tenía un crácter revolucionario y muchos de sus seguidores se acercaron al comunismo. De los muchos artistas que participaron en este movimiento destacaron René Magritte, Max Ernst y los españoles Salvador Dalí y Joan Miró.
CARACTERÍSTICAS
- La fuente desde la que brotaba su arte era el inconsciente. Para estimularlo se valían de diversas técnicas; una de las principales fue el automatismo, que se utilizaba tanto en pintura como en literatura y que consistía en escribir o pintar sin parar y, sobre todo, sin razonar. Otras técnicas muy conocidas fueron el “cadáver exquisito”, los caligramas y el collage.
- Expresaban lo que les surgía sin ningún tipo de presión por parte de la mente. Decían que las figuras o símbolos que obtenían, al no estar condicionados por el razonamiento, reflejaban la verdadera esencia del ser humano.
- Despreocupación por los valores morales y estéticos. El Surrealismo niega la moral tradicional, particularmente en lo que atañe a lo sexual, y concede nuevas posibilidades a los conceptos de belleza y fealdad. Lo absurdo, lo grotesco, lo onírico, lo inesperado guardan una belleza particular que se manifiesta a través del azar.
- Confiaban en que el azar, los sueños, la asociación libre podían revelar un arte genuino, bello y estético.
- El Surrealismo pretendió ser, más que un movimiento artístico, todo un modelo de libertad.
AUTORES
Max Ernst (1891-1979)
Llegó a ser uno de los principales exponentes del Surrealismo utilizando la técnica del frotagge. Consiste en frotar una mina de plomo o lápiz sobre un papel que se apoya en un objeto y se deja así su huella en dicho papel, con todas sus irregularidades. Las imágenes surgidas aparecerán cargadas de misteriosas evocaciones, de signos de catástrofe y desolación.
Ciudades, Europa después de la lluvia.
Ciudades, Europa después de la lluvia.
Joan Miró (1893-1983)
Es el máximo representante del surrealismo abstracto, aunque fue solamente una fase dentro de su producción.
Sus cuadros están llenos de poesía. Pinta con colores puros y tintas planas. La obra clave en su evolución es El carnaval del arlequín (1924).
Crea un mundo propio que se abre paso a la abstracción. Sus imágenes son simples, con pocos trazos, a la manera de los niños. Rechaza la perspectiva, el modelado, el claroscuro y el acabado minucioso. Traza signos abstractos, simples, que no tratan de expresar una idea, sino que desean bastarse a sí mismos y son extraídos de lo irracional.
Personajes de noche, El bello pájaro descifra lo desconocido a una pareja de enamorados, Naturaleza muerta con zapato viejo, Mujeres y pájaros en claro de luna.
Los años de la guerra civil española y mundial lo alejaron de la aventura surrealista. Una de las últimas obras fue el revestimiento cerámico del edificio de la UNESCO en París, Noche y día.


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